Infectólogo cuenta cómo el profesional de la salud puede ayudar a contribuir en este escenario crítico de resistencia antibiótica
El alerta es general. Cada vez más crece la resistencia antimicrobiana, en especial, la relacionada al uso de antibióticos. Eso significa que todo profesional de salud, médicos, enfermeros y farmacéuticos clínicos y hospitalarios, necesitan entrar en esa lucha.
Para la infectóloga Sylvia Lemos Hinrichsen, médica especializada en bioseguridad y control de Infecciones-Riesgo Sanitario Hospitalario, de la Universidad Federal de Pernambuco (UFPE), en Brasil, el primer paso es pensar en el problema con un equipo multidisciplinario y luego buscar soluciones. “Para contribuir al control de infecciones, es necesario seguir las recomendaciones de uso de antimicrobianos según microbiota (epidemiología hospitalaria), que cambia a cada sector/institución, además de estar atento a las recomendaciones del control de infecciones relacionadas con los protocolos de uso empírico de antibióticos construidos según microbiota/evidencias locales y de bioseguridad / riesgos “, explica la Dra. Sylvia.
En este sentido, el sector de control de infecciones deberá trabajar apoyado a un laboratorio de microbiología que sea técnicamente certificado y que dé resultados sistemáticos con agilidad. “La microbiología debe ser una prioridad institucional para que haya informes mensuales sobre la epidemiología hospitalaria”, añade la infectóloga.
Informes importantes
Clase de microorganismos aislados;
Tasa de positividad de cultivos (en especial hemocultivos);
Sitio de recolección de cultivo /espécimen;
Sítio donde la cultura fue recolectada;
Perfil de sensibilidad / resistencia de los antimicrobianos probados;
Suministro de la concentración mínima inhibitoria de antibióticos, entre otros.
Programa de Stewardship
Con ello, el programa de control de infecciones, además de acciones de un programa de higienización de las manos, deberá ser implementado un programa de administración para el manejo del uso racional de antimicrobianos.
La política institucional que deberá estar enfocada en los siguientes objetivos:
1.Implementación y entrenamientos de medidas de bioseguridad para equipos multidisciplinarios, priorizando medidas de prevención de infecciones cruzadas y otras a través de la sistematización de precauciones (patrón / respiratorio / aerosoles / contacto), además de aislamientos, limpieza y desinfección en todas las áreas asistenciales y, (especialmente los servicios de nutrición, laboratorio, imagen, lavadero, ropaje, banco de sangre, entre otros), monitoreando fallas que puedan estar relacionadas con brotes infecciosos;
2.Implementación y capacitación de los Bundles IHI(Institut of Health Improvement) en la prevención de procesos infecciosos relacionados con catéter, neumonía asociada a la ventilación mecánica (NAVM), infección del tracto urinario em la unidad de pacientes críticos (UPC);
3.Monitoreo y entrenamiento del descarte de residuos generados por la institución / segregación / destino final;
4.Monitoreo y entrenamiento de infección de sitio quirúrgico (antibioticoprofilaxis y prevención de tromboembolismo en pacientes sometidos a las artroplastias (rodilla/cuadril) y otros procesos quirúrgicos del tipo limpios.
Educación
También debe formar parte de las acciones del programa Stewardship el continuo proceso de educación y entrenamientos para la higienización de las manos y su importancia en el control de infecciones. “El monitoreo y la implementación de acciones que aumentan la adhesión a la higienización de las manos por los profesionales de salud, pacientes y familiares es importante, así como el monitoreo de los locales para insumos relacionados a la higienización de las manos (agua y jabón) y alcohol gel “, explica Silvia. “Para completar, es necesario monitorear las botellas, colectores de orina y heces, además del manejo de estos por profesionales de la salud, incluyendo acondicionamiento y control de validez”, completa la infectóloga.
Para el uso de antimicrobianos deberá elaborarse un protocolo empírico, según histórico epidemiológico hospitalario (microbiota local), tipo de infecciones (comunitaria y o relacionada a la asistencia a la salud procedentes de hospitales y / home care / casa de mayores) y perfil de sensibilidad de los microorganismos aislados a través de las diversas culturas realizadas por los pacientes (vigilancia y diagnósticos). “Este protocolo deberá tener la participación del equipo de control de infecciones y del laboratorio de apoyo microbiológico, junto a los equipos prescriptores de antimicrobianos, que, después de validaciones, pasarán a ser referencia para el comienzo, escalonamientos o términos de antibióticos, diversos sectores del hospital, en particular, en las UPCs”, concluye la Dra. Sylvia Hinrichsen.
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